sábado, 23 de diciembre de 2006

La radio cumple su primer siglo

Hace cien años que la radio aprendió a hablar. Y después de mucha historia, no parece haber quien la calle. El aparato de radio como tal había sido inventado años antes. Pero aquel 24 de diciembre de 1906 ese aparato, que hasta entonces se usaba para transmitir secuencias de pitos cortos y pitos largos -en código morse- habló y cantó.

Se lo debemos al inventor canadiense Reginald Fessenden. Desde un pequeño pueblo costero, Brant Rock, en el sur de Boston, Estados Unidos, Fessenden transmitió lo que la historia registra como el primer programa de radio.

Fue una transmisión corta, que incluyó poco más que la lectura de un pasaje de la Biblia y su propia interpretación en violín del villancico "O Holy Night" (Noche de Paz). Pero fue suficiente para dejar boquiabierto a más de un operador espabilado, a bordo de barcos en el Atlántico.

Era la culminación de años de experimentos con un nuevo transmisor de su invención, que generaba ondas continuas en vez impulsos eléctricos. Su tecnología enviaba ondas de radio de alta frecuencia que podía alterar o "modular". En una palabra, creó la radio AM, o de amplitud modulada. Algunos dicen que aquél fue también el primer programa religioso, el primer programa musical, y que Fedessen es el primer "disc jockey" de la historia, ya que llevó su fonógrafo y sus discos a aquella primera transmisión. Fedessen montó todo un espectáculo, dirigido a una audiencia invisible, compuesta, en aquellos tiempos, por apenas un puñado de operadores de radio; cien, a lo sumo.

Artículo
: Un siglo de hablar sin parar

Y pensar que hay cada imbécil que escupe y pregona el fin próximo de la radio. La radio continuará evolucionado, y sabrá adaptarse a sus tiempos, así de sencillo.

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